lunes, 27 de mayo de 2019

(30) Microcuentos Colectivo Señoritas Imposibles



Tenemos que hablar
Claudia Farah Salazar

Mejor decirlo ahora. En algún momento me enfrentaré a tu semblante y a tu sonrisa, aunque sea en el inframundo. Traje tus flores favoritas y me puse el perfume que me regalaste. Es así como te gusto, ¿cierto?
La tierra que nos separa me protege y puedo sentarme en este pasto perfecto a juntar las palabras precisas para explicártelo todo. Podría haberlo escrito en una tarjeta junto a las flores, pero no quería enfurecerte aún más.
No es fácil. Por un momento creo que existen las palabras para esto. Entonces miro tu lápida, nuevecita y reluciente con tu nombre. Imagino tu cara de odio y lo admito de una vez: «Ya, sí, yo fui la que le pagó al tipo raro de la esquina para que te diera un par de balazos y sacara el dinero de la botillería, para disimular. Nos fuimos a medias.  Pero, en mi defensa, no digas que no te lo advertí».

Cazador cazado
Fernanda Cavada

Con el cuchillo me apuntó preguntando:
— ¿Sabías que el pez globo es venenoso?
Me encogí de hombros.
—Si lo cortas mal, te mueres —dijo, mientras cortaba los tentáculos de pulpo que había traído—. Yo te puedo hacer eso, puedo liquidarte así de fácil: poniendo veneno en tu comida.
Terminando el discurso, se llevó un trozo a la boca. Cuando tragó, lo supo. Intentó respirar. Por mi parte, hice lo que pude.   

LABERINTO II
Francisca Rodríguez Aguilera

El abogado recorrió pasillos y atravesó rejas y puertas para entrevistarse con su defendido. Después de meses de espera, finalmente traía una buena noticia. El tribunal solicitaba la presencia del imputado y con la nueva declaración a su favor, tal vez se retiraban los cargos en su contra. “Faltan varias semanas para que se revise la medida, pero nos da la esperanza suficiente para soportar un poco más”, dijo el abogado.
El imputado fue conducido de vuelta a su celda, escoltado por los gendarmes. Anduvo por los corredores, se abrieron y cerraron portones a su paso, subió la escalera, transitó por las galerías de los mecheros, de los lanzas, de los domésticos y los narcos. Ya sin escolta y en su celda, una cuchilla hechiza halló el camino entre sus costillas dejándolo inmóvil en el suelo.

Estar pedido
Gabriela Aguilera V.
A Elena Gaete Solís
Mandar a matar a alguien es difícil. Primero hay que pesquisar a quien lo haga y asegurarse de que lo haga bien. Hay que contar con el dinero suficiente. Puesta en ese trance, no se va a poner una a regatear. Luego surgen las dudas, los miedos, porque, se dice una, si me descubren, me van a secar en la cárcel. Dan ganas de deshacer el trato. Incluso se apela a los recuerdos buenos para reunir valor y no hacer lo que una desea. Pero ahí está, desplomándose sobre la cama, haciendo zapping hasta adormilarse, babeando la almohada.
Ahí está, ese ser detestado, haciendo gala de atributos tan poco atractivos. El baño sembrado de pelos, porque está quedándose calvo. La toalla húmeda en el suelo, la uña encarnada y esa panza que desborda el pantalón. Suda tanto. Y ahora padece de reflujo y acidez estomacal.
Ahí está, arrebujándose en la ropa de cama, comiendo a dos carrillos, hablando de sí mismo todo el tiempo.
Entonces una recupera las convicciones, lo quiere fuera de su vida y hace la llamada y hace el trato y espera, mordiéndose las uñas, a escuchar los seis balazos en la calle, junto al portón de la entrada.

Libertad vigilada
Lorena Díaz Meza

Nosotros lo acompañamos donde vaya. Estuvimos con él por años en Punta Peuco, encerrados en la cárcel de su memoria, que no nos libera, que se niega a dejarnos salir, que nos retiene cuando le preguntan por nosotros. Por eso nos acostumbramos a estar junto a él, a seguirlo, a visitarlo por las noches, a acompañarlo por los pasillos de su prisión VIP, a meternos en el televisor de su dormitorio y hablarle desde ahí, hasta que llora, hasta que grita que nos vayamos, hasta que llegan los gendarmes y lo calman.
Ahora ha sido indultado y vuelve a su casa, con los suyos. Anciano de mirada triste. Ojos de niño asustado. Nosotros vamos con él. Somos sus escoltas, somos los que mandó al mar atados a bloques de rieles, los que calló con el cuchillo corvo acariciándonos el cuello. Somos los inocentes que enterró vivos en la Cuesta Barriga. Somos los que se sientan a los pies de su cama y sombras negras en la oscuridad, vamos trepando por su cuerpo hasta su garganta, donde apretamos para que salga la verdad. Somos quienes lo acompañaremos hasta la muerte.

Las autoras

“Colectivo Señoritas Imposibles, Escritoras de Narrativa Negra” es una agrupación conformada por escritoras, con la finalidad de promover el género negro y especialmente la escritura negra de mujeres.
El día viernes 13 de noviembre de 2015 se dio inicio a las actividades del colectivo, cuyos objetivos son propiciar instancias de creación literaria en el marco de género negro; difundir la narrativa negra y apoyar su publicación. Para esto, han creado Ediciones Imposibles, sello independiente y autogestionado dedicado exclusivamente a la publicación de género negro.
Como agrupación han publicado “Señoritas Imposibles. Antología de microcuento negro” (Ediciones Sherezade, 2016); “El invitado a tomar el té” (Ediciones Imposibles, 2018) y cuatro títulos en Colección Agatha, de Ediciones Imposibles, dedicada al microcuento negro.

Claudia Farah Salazar (Santiago, 1976). Periodista y escritora. Ha participado en los Talleres del Colectivo Ergo Sum. Sus relatos han sido publicados en los libros-objeto de los años 2006, 2007 y 2008 como también en la Antología Basta! +de 100 mujeres contra la violencia de género (Asterión, 2012) y en paraderos del Transantiago para la difusión del 3º Festival de Literatura Negra 2014.

Fernanda Cavada Díaz. (Santiago, 1989). Abogada y escritora. Participó en los talleres Ergo Sum entre 2006 y 2015. Es miembro fundadora del Colectivo Señoritas Imposibles. Sus cuentos han aparecido en las antologías ¡Basta! + de 100 mujeres contra la violencia de género, Basta! Cien cuentos contra el abuso infantil y en la antología digital Lectures du Chili Nouvelles et microrécits auteurs chiliens du siécle XXI.

Francisca Rodríguez Aguilera (Santiago de Chile, 1982). Psicóloga y escritora. Ha participado en los talleres literarios de Pía Barros y Gabriela Aguilera V. Publicó el libro de microficción “Tránsitos de Plutón” (Ediciones Sherezade, 2017). Sus textos han sido publicados en diversas antologías nacionales de las editoriales Asterión, Ergo Sum Ediciones Imposibles e E-books Patagonia. A nivel internacional ha sido publicada en Argentina, Perú y Estados Unidos. Es miembro fundadora del Colectivo Señoritas Imposibles. Además, ha participado en lecturas públicas en el marco del III Festival Internacional Santiago Negro, I Jornada Trinacional de Minificción y el IV Encuentro Nacional de Microficción Sea Breve, Por Favor.

Gabriela Aguilera Valdivia. Escritora, estudió antropología en la Universidad de Chile y realizó un diplomado en Estudios Mexicanos en la UNAM. Ha publicado Doce guijarros, (1976), Asuntos privados (Editorial Asterión, 2006), Con pulseras en los tobillos (Editorial Asterión, 2007) y En la garganta (Editorial Asterión, 2008). Ganó el segundo lugar en el concurso de cuentos Eusebio Lillo (1993), obtuvo una nominación en el Primer Concurso de Cuentos Eróticos de la revista Caras en 2004 y también en la segunda versión, en 2005. Ganó el segundo lugar en el concurso de cuentos de la Municipalidad de Peñalolén en 2005 y fue nominada en el concurso Jacinto Benavente, en España, el mismo año. Sus cuentos han aparecido en diversas antologías de Ergo Sum y en la antología de microcuento eróticos de mujeres latinoamericanas, Microscopios eróticos (publicada por la española Ediciones Atómicas). Es antologadora y editora de los libros objeto de Ergo Sum desde 2005, y desde 2007 forma parte del Comité Editorial de Editorial Asterión.

Lorena Díaz Meza (1985) Santiago de Chile. Licenciada en Letras y profesora de Lenguaje y comunicación. Gestora cultural. Escritora. Ha escrito los libros de cuentos "Existe" y  "Bajo llave" y los libros de microficción "Príncipe busca princesa" “Sangre en el ojo” y “Cuerpos cansados” Ha participado en numerosas antologías nacionales y extranjeras, entre ellas ¡Basta! cien mujeres contra la violencia de género. Pertenece al colectivo: Señoritas Imposibles: escritoras de narrativa negra y al colectivo Ergo Sum. Ha participado en las Itinerancias de escritores organizadas por CNCA y sus textos han sido traducidos al Inglés y al francés, Es monitora de talleres literarios y encuadernación y Directora de Ediciones Sherezade.


domingo, 17 de marzo de 2019

(23) Microcuentistas de Chile

En esta nueva entrega  presentamos autores chilenos de minificción y microcuento. Una sencilla pero significativa panorámica de la brevedad  en este país de amplia tradición en el género. 



NOSFERATU
Diego Muñoz Valenzuela

Lo encuentro aposentado en mi sillón predilecto, en mi propio living, con esa mirada extraviada, lívido y triste, calvo, encorvado. ¿Qué hace Nosferatu en mi casa? ¿Acaso existen los vampiros?
No, me respondo, los vampiros son leyenda. Debe ser una broma de mis amigos, eso, una fiesta sorpresa. Imposible, porque no estoy de cumpleaños, ni tengo amigos que me celebren.
Podría ser un complot de mis enemigos, pienso. Sin embargo, así como no tengo amistades, carezco de adversarios. Me las he arreglado para ir por la vida sin pisar los callos a nadie, sin llamar la atención, y por ende sin generar venganzas ni envidias.
El enjuto y lampiño monstruo sigue allí, sentado, impasible y melancólico, dispuesto a recitarme algún pasaje selecto de Brahm Stoker.
Es una broma de alguien, concluyo. Pero simultáneamente reparo que Nosferatu es Klaus Kinski. Sonrío por efecto de la calma que me inunda. Luego recuerdo que Kinski está muerto. Me paralizo. Nosferatu me mira con una extraña mezcla de hambre y ternura mientras se incorpora de mi sillón.

EL BAILE
Lorena Díaz Mesa

Hay un fantasma que me visita todas las noches. Me invita a bailar pero no acepto. Me invita a comer, pero muevo la cabeza de un lado a otro, sin mirarlo a los ojos. No me atrevo a decirle que me encantaría que esta pierna amoratada, que me ata a la silla donde mamá me dejó hace ya años, me impide ponerme de pie y cederle la pieza.

POR ENCARGO
Camilo  Montecinos Guerra

Al día siguiente todos los primogénitos de los egipcios murieron. Moisés se escabulló rápido entre los matorrales. Sabía que debía actuar con sigilo en esta última advertencia. Hasta ahora habían sido útiles sus conocimientos de ciencias para saber en qué momento exacto el río se convertiría en sangre, langostas acecharían Egipto y una oscuridad inusitada cubriría todo el lugar. Moisés se sentía muy sabio a la hora de realizar su trabajo. No había sicario tan prolijo como él en toda la faz de la Tierra.

ACOSO LITERARIO
Francisca Rodríguez Aguilera

Aunque los ignoro, me siguen por donde sea que ando. Interrumpen mi sueño, acechan mis movimientos y cuchichean a mis espaldas. Los espíritus de los textos que no he escrito me persiguen sin cansancio, a la espera de que me descuide y cometa la imprudencia de escribirlos.

LOS ENSACADOS
Gabriela Aguilera Valdivia
Con Pisagua, dolorosamente en la memoria
         Así los encontraron, diecisiete años después, en un pueblo costero del norte. Los habían metido en sacos, luego de vendarles los ojos y dispararles de frente y de espaldas. Los ejecutores ni siquiera les dieron la oportunidad de quedar mirando el mar y los arrojaron en la fosa de dos metros de profundidad. Permanecieron sumergidos en la oscuridad y la sal. Pero los muertos que no son olvidados insisten en aparecer. Cuando salieron a la luz, el grito que permaneciera coagulado en sus bocas después de la última ráfaga, se escuchó en todo el país acribillado.
(de Astillas de Hueso, ed. Sherezade, 2013)
Hormigas
Leonel Huerta Sierra
         Otra vez aquí. Ya estuve antes. ¿Cuándo? No lo sé.
         No me gusta estar tirada en el pasto, las hormigas caminan sobre mí y luego no hay forma de sacarlas, la única solución posible: aplastar. Alguna vez me sentí como un insecto, pero solo recuerdo el sentimiento, por más que trato de recordar la ocasión, no puedo. No todo es rememorar, también se trata de vivir, pero parece que la vida sin recuerdos es solo vacío; acaso solo una memoria llena puede experimentar la existencia, esos pensamientos no son míos, de alguna forma los tengo en mi cabeza, llegaron y no se fueron. No puedo negar que el paisaje es hermoso, incluso esas dos construcciones en el fondo, que a pesar de estar agregadas no desentonan con esta campiña. ¿Tendrán caballos? eso sí lo recuerdo, montaba todo el día. Los potros y el viento eran para mí la combinación perfecta, el animal siempre estaba dispuesto a cabalgar. Ambos, un solo pulso. La unión de lo bello y lo bestial es seductora, al parecer causa un efecto sublime, lo intocable, nuevamente estos pensamientos que no llevan a ninguna parte, no puedo escapar de ellos. El hálito campestre envuelve mi rostro, quiero que toque toda mi piel ¡me tocabas, me tocabas! no sé si fue antes o después de él, ¿había un él?, ¿quién? Tus caricias me enloquecían, no recuerdo tu rostro, pero tus suaves y pequeñas manos vuelven a mi piel.
          Vengo hacia mí, pero si yo estoy aquí. Me hablas, saludas: “abuela, qué estás filosofando”. No entiendo, la niña que está al frente soy yo o lo que fui. Estoy enferma, muy enferma. Caminaré hacia un futuro sin pasado. Solo espero no olvidar tus caricias, las hormigas en mi cuerpo.

LOS AUTORES

Diego Muñoz Valenzuela

(Constitución, Chile, 1956) Ha publicado cinco volúmenes de microrrelatos: Ángeles y verdugos, De monstruos y bellezas, y Las nuevas hadas, dos de ellos ilustrados: Microcuentos (libro virtual, 2008) y Breviario Mínimo (2011), tres libros de cuentos: Nada ha terminado, Lugares secretos y Déjalo ser; y tres novelas: Todo el amor en sus ojos, Flores para un cyborg y Las criaturas del cyborg. Ha sido incluido en antologías y muestras literarias publicadas en Chile y el extranjero. Cuentos suyos han sido traducidos al croata, francés, italiano, inglés y mapudungun. Distinguido en diversos certámenes literarios, entre ellos el Premio Consejo Nacional del Libro en 1994 y 1996. Flores para un cyborg fue publicado en España (2008); Lugares secretos en Croacia en 2009. En 2011 el autor fue seleccionado como uno de los "25 tesoros literarios a la espera de ser descubiertos" por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

Lorena Díaz Meza
 (1985) Santiago de Chile. Licenciada en Letras y profesora de Lenguaje y comunicación. Gestora cultural. Escritora. Ha escrito los libros de cuentos "Existe" y  "Bajo llave" y los libros de microficción "Príncipe busca princesa" “Sangre en el ojo” y “Cuerpos cansados” Ha participado en numerosas antologías nacionales y extranjeras, entre ellas ¡Basta! cien mujeres contra la violencia de género. Pertenece al colectivo: Señoritas Imposibles: escritoras de narrativa negra y al colectivo Ergo Sum. Ha participado en las Itinerancias de escritores organizadas por CNCA y sus textos han sido traducidos al Inglés y al francés, Es monitora de talleres literarios y encuadernación y Directora de Ediciones Sherezade.
Leonel Huerta Sierra
(Santiago, 1964). Escribe desde el año 2014. Miembro activo de: Taller Literario Peuco Dañe, Academia Libre y Talleres La Venezuela. Dirige la publicación Gaceta Literaria Peuco Dañe. Ha sido publicado en la revista Alerce, de la Sociedad de Escritores de Chile. Fue incluido en las antologías: “Más allá de un No”, de la Universidad Alberto Hurtado y “Hokusai”, de la revista Brevilla. Segundo Lugar. Concurso Raíces de Mujeres, 2016. Conmemoración Día Internacional de la Mujer Indígena. Cuento “Mapudungún”. Segundo Lugar Regional. XXIV Concurso Historias de Nuestra Tierra, Cuentos y poemas del mundo rural, 2016. Categoría Historias Campesinas. Cuento “Huacho”. Primer Lugar Regional. XXV Concurso Historias de Nuestra Tierra, Cuentos y poemas del mundo rural, 2017. Categoría Historias Campesinas. Cuento “La noche de la plumas”. Mención Honrosa cuento “Viejas casas”. Concurso Cuento Corto de Vitacura, 2018.

Camilo Montecinos Guerra
(Arica – Chile, 1987). Profesor de Castellano. Ha publicado un libro de microficción, “Golpes sobre la mesa” (2017, Ediciones Sherezade). Además, sus textos han sido difundidos tanto en medios impresos como digitales en Chile, Argentina, Perú, México, Uruguay, Venezuela y España. El año 2017 obtuvo Beca a la creación literaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.

Francisca Rodríguez Aguilera
(Santiago de Chile, 1982). Escritora y psicóloga. Ha participado en los talleres de Pía Barros y Gabriela Aguilera. Es miembro fundadora del Colectivo Señoritas Imposibles, escritoras de narrativa negra. Publicó "Tránsitos de Plutón" (Ediciones Sherezade, 2017). Sus textos han aparecido en diversas antologías en soporte papel y digital).

Gabriela Aguilera Valdivia
 Escritora, estudió antropología en la Universidad de Chile y realizó un diplomado en Estudios Mexicanos en la UNAM. Ha publicado Doce guijarros, (1976), Asuntos privados (Editorial Asterión, 2006), Con pulseras en los tobillos (Editorial Asterión, 2007) y En la garganta (Editorial Asterión, 2008)...
Ganó el segundo lugar en el concurso de cuentos Eusebio Lillo (1993), obtuvo una nominación en el Primer Concurso de Cuentos Eróticos de la revista Caras en 2004 y también en la segunda versión, en 2005. Ganó el segundo lugar en el concurso de cuentos de la Municipalidad de Peñalolén en 2005 y fue nominada en el concurso Jacinto Benavente, en España, el mismo año. Sus cuentos han aparecido en diversas antologías de Ergo Sum y en la antología de microcuento eróticos de mujeres latinoamericanas, Microscopios eróticos (publicada por la española Ediciones Atómicas). Es antologadora y editora de los libros objeto de Ergo Sum desde 2005, y desde 2007 forma parte del Comité Editorial de Editorial Asterión.

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